15/9/13

Conformidad grupal.

Somos individuos únicos e irrepetibles, de los 7.000 millones de habitantes del planeta no hay dos iguales.

Lo más próximo a dos individuos iguales podrían ser los gemelos idénticos, y tampoco.

En el año 1951 Solomon Asch trató de demostrar mediante una serie de pruebas el poder de la conformidad social. Identificó el grado en el que la opinión y el juicio del grupo afectan al punto de vista individual.

 Y es que si para convencer de algo a un individuo debemos de mantener con él una escucha activa, aceptando lo que él nos dice y utilizando sus argumentos para llevarlo donde queremos, es mucho más fácil de convencerlo cuando pertenece a un grupo que piensa de una manera global e igual a tus argumentaciones.

Sea por que pensamos que todos no pueden estar equivocados, sea por que no queremos desentonar ni ser diferentes para no sufrir el rechazo del grupo, sea por los motivos personales (aunque comunes a todos) que fueren, la opinión del grupo nos hace a veces decidir y obrar de una manera con la que no siempre estamos de acuerdo, pero que es políticamente correcta y no nos diferencia del grupo. Preferimos esto a defender nuestra línea de pensamiento, aunque tengamos que traicionar para ello a la única persona que de verdad confía en nosotros, es decir, nosotros mismos.

A continuación, un video en el cual se realiza uno de los experimentos que Asch realizó entre los alumnos de un aula, realizado en distintas épocas. También incluye una reflexión sobre hasta donde debemos practicar esta conformidad, porque no afecta a nuestra manera de ser y pensar, y cuando debemos defender nuestra manera de pensar y actuar.

Si bien es cierto, que un reducido grupo que no se refleja en estos experimentos, siempre se rebelará desde el principio hasta el final del experimento, aunque es un tema, que merece su propio post.


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