15/7/13

¿Dependencia o necesidad?

Vivíamos sin ellos, luego se fueron colando en nuestras vidas, en nuestros negocios y hogares, primero fueron una herramienta más de trabajo, hoy, se han vuelto tan indispensables que cuando sales de casa lo primero que compruebas que no te dejas, antes que llaves o tarjetas, es el teléfono móvil. Si es así,  vuelves a casa a por él como si te hubieras dejado los zapatos y fueras descalzo.
He querido compartir este artículo, primero por el enfoque psicológico  que pueda tener, segundo, por parecerme un artículo que refleja una realidad de la que no somos casi conscientes, a la vez que simpático.

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Imágen de Geralt Pixabay .com


Mucha gente dice haber experimentado la sensación de sentir vibrando el teléfono móvil en el bolsillo y sacarlo para leer el mensaje recién recibido… solo para descubrir que no había tal mensaje, por lo que no había existido esa vibración.
La experiencia tiene algo de perturbadora; hay quien se come la cabeza pensando si no será que se ha vuelto tan completamente “adicto al móvil” que ya “siente el teléfono hasta cuando no hace nada”. Para el resto, la cosa varía entre la simple sorpresa y el mosqueo si se produce repetidas veces. Algunos hasta se ponen a investigar las preferencias para ver de donde demonios llegan esos mensajes fantasma.
El caso es que la sensación es tan real como puede serlo una vibración auténtica y los expertos todavía no se han puesto muy de acuerdo sobre por qué se produce exactamente. Algunos científicos han analizado el curioso fenómeno, realizado preguntas y analizado un tanto por encima cientos de casos en pos de algo que explique qué está sucediendo exactamente entre el móvil, el bolsillo y nuestro cerebro.
Según una teoría, la del psicólogo Alex Blaszczynski de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sidney, serían simplemente auténticas señales eléctricas las responsables de la sensación. Según dice, podría ser que algunas de las señales del aparato aumentaran de potencia, debido a la distancia hasta las antenas celulares (de los tejados), a la fricción del terminal en el bolsillo o a las comunicaciones periódicas que se establecen con la red dentro de su normal funcionamiento. Serían esos cambios casi imperceptibles, pero reales eléctricamente hablando, las que percibiría nuestro cuerpo: se procesarían como un impulso eléctrico que estimularía los músculos y podría confundirse con la vibración habitual.
Por otro lado, un estudio de 2010 de Fairfax Media analizó datos de unas 175 personas, de las cuales casi el 70% dijo haber experimentado la famosa sensación alguna vez (tres años antes el resultado de un estudio parecido fue similar). El análisis concluyó con que el fenómeno sería debido a algo llamado hipótesis de la búsqueda guiada. En pocas palabras: si estamos estresados o tensos esperando recibir un mensaje, cualquier cosa fuera de lo corriente puede interpretarse con eso que estamos esperando que suceda, en este caso una vibración avisando de un nuevo mensaje. Entre los candidatos a actuar como estímulos estarían la contracción refleja de los músculos, el rozamiento con la ropa o cualquier otro pequeño estímulo. A esta teoría se apuntan también los profesores Larry Rosen de California y Michael Rothberg de Springfield (Massachusetts).
Sea por una causa o sea por otra, no te preocupes: no eres un tipo raro. Es un fenómeno normal y corriente y si en algo coinciden todos estos estudios es en que no hay razón para preocuparse ni nada que hacer al respecto, excepto que si te notas un poco tenso y estresado –algo tan común hoy en día– qué mejor momento para aprovechar y relajarte un poco.

El 99% de lo que escibimos, lo hacemos mediante un teclado o mediante la pantalla táctil de nuestros dispositivos móviles. 

Ya hay voces que dicen que no es necesario que a los niños se les enseñe a escribir, consideran que es suficiente con que sepan leer, y que con esto basta para que sepan escribir, obviamente, mediante un teclado. La letra  caligráfica no les hace falta por tanto para desenvolverse con la tecnología.

En un próximo artículo, expondré desde mi punto de vista como grafóloga los contras y pros que tendría este proceder desde  las escuelas.

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