Si nos observamos a la hora de tomar entre los dedos el lápiz, bolígrafo o demás útiles de escritura manual, o nos fijamos en como los cogen otras personas, veremos sin duda que hay quienes cogen desde abajo, casi sin dejar espacio entre la punta y los dedos, quienes lo toman desde muy arriba, dejando un espacio muy amplio entre los dedos y la punta, quienes lo aprietan como si fuera a escapárseles, quienes lo toman livianamente, dejándo el útil casi suelto, quienes lo asen con tres dedos, con dos, etc.