18/11/13

Cosas que no se recuperan.



Una muchacha estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo. También compró un paquete de galletas.
Se sentó en una butaca en la sala VIP del aeropuerto para poder  leer en paz. Al lado de la butaca donde estaba la bolsa de galletas, se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer. Cuando ella tomó la primera galleta, el hombre también tomó una.

Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: “Pero, que descarado”. Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: “ah… ¿qué hará este ahora?”

Entonces el hombre dividió la última galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella. ¡Ah! ¡Aquello era demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia!

Entonces cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque.

Cuando se sentó, confortablemente, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí… ¡todavía intacto, cerradito!

Sintió tanta vergüenza.

Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba ¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa!

El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras que ella se había enfadado pensando que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no había  tiempo para pedir disculpas.

¿Cuántas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de los demás sin ser conscientes de ello?

¡Antes de llegar a una conclusión, observa mejor! Tal vez las cosas no sean exactamente como piensas!

No pienses lo que no sabes acerca de las personas. No pelees porque creas tener la razón, la verdad, la certeza de que las cosas son como tu mente te dice que son….. puedes equivocarte y por tener la razón, dañar la relación con esa persona que tanto te importa.

“Existen” cuatro cosas en la vida que no se recuperan jamás:

- Una piedra después de haber sido lanzada.
- Una palabra, después de haber sido proferida.
- Una oportunidad, después de haberse perdido.
- El tiempo, después de haber pasado.

grafología, hana ruiz de eguilaz, cosas que no se recuperan
Añadir leyenda

2 comentarios:

¿Quieres hacer un comentario?